La temperatura no es una cantidad en el sentido estricto de la palabra, como lo es para la mayoría de las demás unidades de medida. En efecto, una cantidad es cualquier cosa que puede aumentar o disminuir, como, por ejemplo, una longitud, una superficie, una potencia, etc.

Medir una cantidad G (de cualquier tipo), es compararla con otra cantidad U, del mismo tipo, elegida por unidad. El resultado de la medición es un número entero (por ejemplo, 5), si se conoce la unidad U, un número entero de x veces la cantidad en cuestión (en este caso, 5 veces). Una cantidad se puede medir directamente si podemos determinar la relación o la igualdad o la suma de los dos valores de esta cantidad. Tanto la longitud como el área son magnitudes mensurables.

Sin embargo, una temperatura indicada utilizando la escala de temperatura Celsius no es una cantidad medible; podemos determinar la igualdad de dos temperaturas, pero no podemos sumar los dos valores. Así pues, podríamos decir: evaluar, comparar, marcar e indicar la temperatura, pero no medir la temperatura (en el sentido estricto de la palabra).